Para cerrar el ciclo de conferencias de la Semana Cultural China en INPAHU, se presentó el doctor Enrique Posada Cano (director del Observatorio Virtual Asia Pacífico), con la charla “China, la Gran Cultura Confuciana”.
Durante su intervención, el doctor Posada, que además es adscrito a la Facultad de Relaciones Internacionales y Ciencias jurídicas y Políticas de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, empezó haciendo un recorrido por la historia de los chinos y la simbología mágica utilizada, en donde se tiene como mito al dragón, que es padre y a la vez madres de los chinos.
“En China nunca hubo un Dios, los conceptos del bien y del mal no presiden la cultura confuciana, que es un código ético antes que una religión o moral. Al emperador, al supremo mandatario, se le calibraba por la benevolencia, un principio fundamental del confucionismo”, expresó el conferencista.
Por otro lado, “hacia la octava centuria de nuestra era, China era, en términos comparativos, más potencia de lo que será hacia la segunda mitad del siglo XXI. Ya en ese entonces exportaba importantes cantidades de seda natural y enviaba afuera su apetecido té; pero, sobre todo, exportaba conocimiento: las ‘Analectas’ de Confucio constituían un imán irresistible en el resto del mundo”, señaló el doctor Posada.
Para el invitado, “el confucionismo es, lejos de una religión, una doctrina de la vida, una manera de ser, una categorización de todas las nociones posibles en un estricto orden. En Confucio aparecen todos los conceptos escalonados en rigurosa subordinación de los menores a los mayores, desde el cielo, que se halla arriba de la Tierra, pasando por el emperador, a quien debe obedecer el súbdito, hasta el sometimiento de la mujer al hombre, de los hijos al padre, de los hermanos al mayor de los hermanos hombres.
La conferencia finalizó, con un recorrido por el papel de la mujer en el confucionismo, en donde era la base de la pirámide, por los cuatro libros clásicos de China y por la llegada del Budismo a este país.
A la actividad que fue organizada por la Oficina de Relaciones Internacionales, asistió el ingeniero Jesús Peñaranda, Vicerrector Académico, la doctora Clara Inés Calle, directora de Relaciones Internacionales y el doctor William Guevara, director de Comercio y Negocios Internacionales.
Durante su intervención, el doctor Posada, que además es adscrito a la Facultad de Relaciones Internacionales y Ciencias jurídicas y Políticas de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, empezó haciendo un recorrido por la historia de los chinos y la simbología mágica utilizada, en donde se tiene como mito al dragón, que es padre y a la vez madres de los chinos.
“En China nunca hubo un Dios, los conceptos del bien y del mal no presiden la cultura confuciana, que es un código ético antes que una religión o moral. Al emperador, al supremo mandatario, se le calibraba por la benevolencia, un principio fundamental del confucionismo”, expresó el conferencista.
Por otro lado, “hacia la octava centuria de nuestra era, China era, en términos comparativos, más potencia de lo que será hacia la segunda mitad del siglo XXI. Ya en ese entonces exportaba importantes cantidades de seda natural y enviaba afuera su apetecido té; pero, sobre todo, exportaba conocimiento: las ‘Analectas’ de Confucio constituían un imán irresistible en el resto del mundo”, señaló el doctor Posada.
Para el invitado, “el confucionismo es, lejos de una religión, una doctrina de la vida, una manera de ser, una categorización de todas las nociones posibles en un estricto orden. En Confucio aparecen todos los conceptos escalonados en rigurosa subordinación de los menores a los mayores, desde el cielo, que se halla arriba de la Tierra, pasando por el emperador, a quien debe obedecer el súbdito, hasta el sometimiento de la mujer al hombre, de los hijos al padre, de los hermanos al mayor de los hermanos hombres.
La conferencia finalizó, con un recorrido por el papel de la mujer en el confucionismo, en donde era la base de la pirámide, por los cuatro libros clásicos de China y por la llegada del Budismo a este país.
A la actividad que fue organizada por la Oficina de Relaciones Internacionales, asistió el ingeniero Jesús Peñaranda, Vicerrector Académico, la doctora Clara Inés Calle, directora de Relaciones Internacionales y el doctor William Guevara, director de Comercio y Negocios Internacionales.
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